Para que muchos platos con pescado salgan sabrosos hay quien recurre a
los cubitos de caldo, pero yo no soy amiga de este tipo de concentrados
deshidratados,
me gusta más lo natural, y más cuando se trata de los niños. Un buen fumet concentrado realizado con las cáscaras de las gambas, además de ser baratísimo,
otorgará a nuestros platos un sabor especial.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que utilizaremos sobre todo las cabezas de estos crustáceos, que
tienen un alto nivel de colesterol,
algo que deberán tener en cuenta los padres en función de las
precauciones alimentarias especiales que deban adoptar con sus hijos.
Para realizar un sabrosísimo fumet concentrado de gambas necesitaremos los siguientes
ingredientes.
Cabezas y cáscaras de 1/2 kilo de gamba, gambón o langostino
1 puerro
1/2 cebolla
un chupito de ron añejo (opcional)
aceite de oliva
sal
Antes de nada
pelaremos bien los crustáceos, que
usaremos en cualquier otro guiso o plato, y reservaremos las cáscaras.
Cortaremos en trozos la cebolla y el puerro y los pondremos a dorar en
una cazuela con un poquito de aceite. Cuando la cebolla esté
transparente, añadiremos las cabezas y cáscaras de las gambas y daremos
unas vueltas h
asta que se pongan de color naranja.
En este punto
añadiremos el chupito de ron y lo flambearemos
con la ayuda de un mechero. Para apagar el fuego basta con darle a la
cazuela un par de meneos. Al estar quemado el alcohol, su inclusión no
supondrá un inconveniente para los niños. Entonces
cubriremos con agua (no mucha, sólo hasta tapar un poquito las cáscaras), añadiremos un pellizquito de sal y dejaremos
cocer a fuego medio durante unos 20-25 minutos.
Transcurrido ese tiempo retiraremos del fuego y
pasaremos el contenido de la olla por la batidora, hasta triturar parcialmente el contenido. Después sólo tendremos que
pasarlo por un colador de maya fina,
dando vueltas constantemente con la ayuda de un tenedor para separar el
concentrado de gambas de los restos de cáscaras que resistieron a la
batidora. Ya tenemos el fumet listo para utilizar en guisos, platos de
pasta, sopas o arroces. ¡Ah! y
se puede congelar por si queremos utilizarlo más adelante.